La pensión de jubilación es una prestación económica que la Seguridad Social concede a aquellas personas que al retirarse de su vida laboral, cumplen unos requisitos. Es una prestación que queda ya de forma vitalicia. Pues este ingreso, viene a sustituir al salario habitual de la persona cuando tenía una actividad laboral.
Hay dos factores fundamentales a la hora de establecer la cuantía de la pensión. Por un lado, los años que la persona haya estado desarrollando su actividad laboral. Es decir, los años cotizados a la Seguridad Social. Por otra parte, es importante el salario que la persona ha percibido durante esos mismo años de trabajo.
Y es que la pensión de jubilación, se calcula aplicando a la base reguladora el porcentaje general que le corresponda en función de los años que haya cotizado la persona. Dependiendo del caso específico, también se aplica el porcentaje adicional por prolongación de la vida laboral. Esto siempre, en los casos en que la persona se jubile a más edad de la estipulada.
Actualmente, la edad legal con la que jubilarse con el cien por cien de la pensión, está en un proceso por el que se incrementa cada año. Así está planificado que ocurra hasta el años 2027. A tenor de estas circunstancias, en 2023 la edad legal de jubilación es de 66 años y cuatro meses. Solo los que hayan cotizado más de 37 años y nueve meses, podrán hacerlo con la pensión total a los 65 años.
¿Afecta la baja laboral a la pensión de jubilación?
A la hora de calcular la cuantía de la pensión de jubilación que nos corresponde, no solo se debe tener en cuenta los años cotizados y el salario. Existen circunstancias personales que pueden influir a la hora de realizar este cálculo. En base a esto, muchas personas se preguntan si hechos puntuales como una baja laboral, puede tener algún tipo de influencia en el valor de la prestación final.
En respuesta a lo anterior, debemos tener claro que una baja laboral no significa dejar de cotizar a la Seguridad Social. Es más, lo más habitual es que durante una incapacidad temporal, la empresa continúe trabajando para el trabajador de baja. Al menos, debe ocurrir mientras el afectado tenga un contrato vigente.
Otras bajas laborales en las que se sigue cotizando
Mientras el trabajador tenga un contrato vigente con su empresa y esté cotizando a la Seguridad Social, se contabilizará ese tiempo a la hora de calcular la pensión de jubilación. Todo esto, sin perjuicio del tiempo que la persona haya pasado de baja laboral durante ese tiempo.
Pero la baja laboral no es la única situación en la que una persona sigue cotizando a pesar de no trabajar. Existen otras situaciones en las que se le permite al trabajador no asumir sus responsabilidades y que sin embargo, siga cotizando. Un ejemplo de ello es el caso de aquellas personas que se enfrentan a una maternidad o paternidad.
Las situaciones de riesgo durante el embarazo o la lactancia natural, así como los periodos de descanso por maternidad o paternidad, son parones en los que se sigue cotizando. Por otra parte, las personas que cumplen deberes de carácter público o sufren una incapacidad temporal, también cuentan con este beneplácito sin que les perjudique en la pensión final.