La pensión por incapacidad permanente es una ayuda de concede la Seguridad Social a aquellas personas que debido a alguna enfermedad o accidente, han perdido todo o parte de su capacidad para poder desarrollar una actividad profesional. La cuantía de esta prestación depende del grado de incapacidad acreditado.
Son cuatro los grados de incapacidad permanente que establece el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS): Parcial, total, absoluta o gran invalidez. El valor de la pensión, va en función de las necesidades derivadas de la incapacidad. Por ello, se diferencia entre diferentes grados. Pues no en todos ellos la cuantía de la ayuda llega para vivir.
El motivo es que en algunos casos, la pensión es compatible con una actividad laboral. Ya sea la que venían desarrollando antes de la dolencia u otra. No obstante, todas las personas que sufren una incapacidad permanente que les impide trabajar, reciben una pensión. Además, cuentan con una serie de beneficios establecidos a nivel estatal.
La cuantía de la pensión por incapacidad permanente ha subido en este 2023. El motivo es que al ser una pensión contributiva, ha experimentado la subida del 8,5 por ciento establecida en la reforma de las pensiones. Esta medida surge para paliar los efectos del IPC anual y conseguir que los pensionistas no pierdan si nivel adquisitivo.
Beneficios por la incapacidad permanente
Existen fundamentalmente dos tipos de ventajas de las que se benefician las personas con una incapacidad permanente: fiscales y sociales. En cuanto al primero, una de las áreas en las que se benefician es en movilidad. ¿Cómo? Las personas con incapacidad permanente no tienen que pagar el Impuesto sobre Vehículos de Tracción de Movilidad. También están exentos de pagar el impuesto de circulación de vehículos.
Pero hay más, en el caso de querer comprar un coche nuevo, tienen una reducción del 4 por ciento en el IVA. Además, no es el único área en el que encuentra este tipo de ventajas. Si una persona con incapacidad permanente quiere comprar una vivienda, tienen ventajas como:
- Un mayor acceso a las de protección oficial.
- Bonificación de 3.000 euros en el IRPF.
- Acceso a plazas reservadas para las convocatorias de plazas públicas.
En cuanto a la parte social, dependiendo del grado de discapacidad permanente, tienen un porcentaje u otro a beneficios como becas de transporte o becas de estudio. En la parte más lúdica, en ocasiones también disfrutan de descuentos para entradas a servicios como espectáculos, teatros o museos.
Cuantía de la pensión
Aquí es importante desmembrar las características que diferencian los diferentes grados de incapacidad permanente. ¿Por qué? Porque no es lo mismo una situación en la que el beneficiario puede trabajar que una en la que no puede hacerlo. En este sentido, tanto en los grados de incapacidad parcial, como total, el pensionista puede trabajar. Sin embargo, en la incapacidad permanente absoluta y gran invalidez, no puede desempeñar ningún trabajo.
En base a eso, la Seguridad Social establece que la cuantía que se percibe por una incapacidad permanente es el 55 por ciento de la base reguladora del sueldo del trabajador. Este porcentaje puede aumentar hasta un 20 por ciento en el caso de que la persona cuente con factores que le dificulten el acceso a un trabajo. Esto pueden ser personas mayores de 55 años, que no tengan preparación o que viva en un lugar en el que sea más difícil el acceso a un empleo.
Existe otro factor que influye en el monto de la pensión. Este es el caso de la persona que sufre una enfermedad o accidente en el ámbito laboral que le lleva a la incapacidad permanente. En base a la gravedad de la dolencia, así como a las circunstancias laborales por las que sufrió dicho accidente o enfermedad, puede cobrar un extra que será responsabilidad directa de la empresa.