Las personas con una discapacidad acreditada del 33 por ciento, disfrutan de una serie de beneficios que se les adjudica una vez se oficializa este hecho. En este contexto, no es difícil pensar que en ámbitos como la jubilación, pueden tener ventajas frente a las personas que no sufren ninguna discapacidad.
La edad de jubilación es cierto que dependen de varios factores. Además, es un tema en auge, debido a las diversas modificaciones del Gobierno. Tanto es así, que desde el año 2013, la edad a la que una persona se retira de su ámbito profesional y solicita la pensión pertinente, no ha dejado de aumentar año tras año.
Concretamente, podemos comenzar señalando que la edad de jubilación ordinaria durante un largo periodo de tiempo, ha sido de 65 años. Sin embargo, hoy en día, para poder solicitar el cien por cien de la pensión de jubilación a esa edad, la persona debe haber cotizado más de 37 años y nueve meses en la Seguridad Social.
De no ser así, es decir, si una persona con 65 años cumplidos ha cotizado a lo largo de su vida durante menos de 37 años y nueve meses, deberá esperar a cumplir los 66 años y cuatro meses para retirarse. El objetivo es que llegado el año 2027, la edad ordinaria de jubilación para los que hayan cotizado menos de 38 años y seis meses, sea de 67 años.
La difícil decisión de jubilarse
La jubilación es un momento soñado para muchas personas. Tras una larga trayectoria profesional, llegar a ese momento en el que puedes dejar de trabajar y dedicarte a vivir, es ansiado por todos. Sin embargo, cada vez es más complicado plantearse en firme esa decisión. El motivo es, que con los continuos aumentos de la edad de jubilación, cada vez es más complicado retirarse con el cien por cien de la pensión.
Y esta parte, es sin duda, la más difícil de gestionar. Lógicamente, nadie quiere retirarse cobrando menos de lo que percibe trabajando. Es más, hay muchas personas que no se pueden permitir ese paso. Pues dejar de percibir un dinero, puede situarles en una situación complicada. Por este motivo, actualmente, cerca del 60 por ciento de las personas deciden posponer su jubilación unos pocos meses para cobrar más pensión.
Jubilación de una persona con una discapacidad del 33 por ciento
Las personas con un grado de discapacidad acreditado de al menos un 33 por ciento, acceden a la jubilación cuando llegan a la edad ordinaria para ello. Por tanto, es cierto que pueden beneficiarse de diferentes ventajas, pero entre ellas no está la de tener derecho a la jubilación anticipada.
Sin embargo, dentro de la jubilación, sí cuentan con una ventaja frente al resto de ciudadanos sin ningún tipo de discapacidad. Una persona con un 33 por ciento de discapacidad, puede acceder a la jubilación parcial con contrato de relevo, habiendo cotizado tan solo, 25 años. Ocho años menos que el resto de personas sin discapacidad en la misma circunstancias. Para este caso, son 33 años los requeridos.
Sin embargo, las personas con un 33 por ciento de discapacidad, sí tienen acceso a otro tipo de ventajas. Por ejemplo, pueden beneficiarse de la desgravación de la renta familiar, la reducción del IRPF para personas trabajadoras con discapacidad y deducciones en la adquisición de la vivienda y los planes de pensiones.