Lo primero que debemos tener en cuenta, es que el tribunal médico no es quien tiene la última palabra sobre si se concede o no una pensión por incapacidad permanente. Esta responsabilidad recae totalmente en la Seguridad Social. No obstante, el tribunal es quien realiza el informe que recomienda o no, que finalmente se apruebe la prestación.
Es curioso porque pasar por esta evaluación suele ser de los trámites que más nervioso pone al solicitante de la prestación. Bien es cierto, que es de los pasos más importantes. Quizás por ello, muchas persona lo temen y lo ven como un ‘juicio’ donde le cuestionan si realmente sufren una dolencia que sea causa de una incapacidad permanente.
Sin embargo, nada tiene que ver esa sensación con la realidad. Este equipo médico dependiente de la Seguridad Social, es quien evalúa si el solicitante sufre una determinada dolencia, qué necesidades tiene y en qué le limita la misma, entre otras cosas. Por ello, oficialmente se llama Equipo de Valoración de Incapacidades (EVI).
No obstante, esa sensación de ir a un ‘juicio’ puede entenderse porque en ocasiones, el tribunal necesita incluso de preguntas trampa para poder conocer la verdad sobre ciertos aspectos. Y aunque no es lo habitual, hay quien puede intentar exagerar la dolencia. Por ello, es responsabilidad de este equipo que la ayuda llegue a quien realmente lo necesite.
La importancia del tribunal médico en la pensión por incapacidad permanente
El miedo a pasar por un tribunal médico no tiene razón de ser. Si la dolencia existe, este grupo de profesionales sabrá detectar las necesidades del paciente y en base a ello, recomendar un tipo de pensión u otra. Pero como el miedo es irracional, lo mejor es conocer cómo funciona el tribunal médico y saber qué busca exactamente cuando el solicitante de la pensión acude ante él.
Como ya hemos advertido antes, es fundamental interiorizar que el tribunal médico no es quien toma la decisión final. Es cierto que es el encargado de realizar la evaluación y el consiguiente informe, en el que determina su opinión acerca de las necesidades del solicitante. En caso de estar a favor de una pensión por incapacidad permanente, también aconseja acerca del grado que creen que le corresponde. Pero la decisión final, es de la Seguridad Social.
Esto es lo que tiene en cuenta el tribunal médico en la evaluación
Hay varios puntos claves que el tribunal médico necesita extraer del solicitante para valorar si es merecedor de una pensión por incapacidad permanente. Lo primero, es determinar cómo influye la dolencia sufrida en su vida cotidiana. En este mismo sentido, se determina cómo afecta en su vida laboral. Este último punto es fundamental.
¿Por qué? Pues porque de él depende ya no solo determinar si merece una pensión, sino el grado de incapacidad permanente. En esencia, de este punto depende la cuantía de la prestación. Pues no es lo mismo si el beneficiario puede desarrollar alguna actividad profesional o no. Es decir, si tendrá un sueldo además de la pensión.
Otro punto importante es saber si el paciente puede mejorar. Esta determinación no es cien por cien fiable, pero puede establecerse una estimación. En cualquier caso, sirve para establecer un plan de revisiones que lo vayan controlando. Pues si el paciente tiene indicios de mejora, el tribunal puede determinar un grado diferente a si no los tiene.