La pensión por incapacidad permanente es una prestación económica que la Seguridad Social destina a personas que no pueden desarrollar de forma óptima su actividad profesional. Esta situación puede ser consecuencia de una enfermedad común o profesional, o de un accidente laboral o fuera del trabajo.
La cuantía de la pensión, depende del grado de incapacidad que la Seguridad Social determine. Concretamente, es un tribunal médico el encargado de realizar la valoración y determinar así, la situación del solicitante. Por tanto, a pesar de no existir unos criterios uniformes, sí se clasifican en grados de cada a la prestación.
Cobrar una pensión en base a una primera evaluación, no significa que esta sea vitalicia. De hecho, lo habitual es que el paciente esté sometido a revisiones para determinar si sigue en el mismo estado, empeora o por el contrario, mejora. Los grados de incapacidad permanente que la Seguridad Social reconoce, son cuatro: incapacidad permanente parcial, total, absoluta y Gran Invalidez.
Aunque la cuantía exacta de la pensión por incapacidad permanente depende de factores como el grado de incapacidad, sí existen unas cantidades medias. En 2023, la pensión mínima por incapacidad permanente es de 905 euros al mes, y la máxima de 3.059 euros mensuales.
Nuevos derechos para los beneficiarios de la incapacidad permanente
La entrada en vigor de la nueva Ley de Empleo, ha significado la incorporación de nuevos derechos para los beneficiarios de la pensión por incapacidad permanente. En este sentido, uno de los cambios más significativos es que a partir de ahora, todas las personas que cobren esta prestación, tendrán reconocida una discapacidad de al menos el 33 por ciento.
Otra de las novedades más significativas y por las que se llevaba tiempo luchando, es porque las las personas con trastorno del espectro de autismo, ahora también formarán parte del grupo de personas con discapacidad.
Finalmente y en cuanto al empleo, también se han conseguido nuevos derechos. Y es que a partir de ahora, será obligatorio que los servicios de empleo cuenten con personal capacitado para atender a las personas con discapacidad. Además, se incluirán herramientas digitales de formación para aquellas personas que están buscando trabajo.
Cómo solicitar la pensión por Incapacidad Permanente
¿Quién puede tramitar y beneficiarse de una pensión por incapacidad permanente? Todas aquellas personas que cumplan los requisitos exigidos. ¿Cuáles son? En primer lugar, estar incluido en cualquier régimen de la Seguridad Social. Además, se debe reunir las premisas exigidas para cada uno de los grados de incapacidad permanente, ya sea parcial, total, absoluta y gran invalidez.
Cumpliendo estos requisitos, solo hay que tramitar la solicitud. Los pasos para ello son en primer lugar, abrir un expediente. Esto suele reclamarlo el interesado, sin embargo, a veces se hace de oficio. Tras ello, el solicitante será convocado por una autoridad médica encargada de examinar el caso.
Por último, será el tribunal médico de la Seguridad Social quien determine una valoración que será tenida en cuenta por la administración. Pues en última instancia, es esta la que decide si es pertinente reconocer esta prestación o no. Existe la posibilidad de recurrir la decisión si la deniegan.
¿Cuánto tiempo puede durar una incapacidad permanente?
La pensión de incapacidad permanente puede durar toda la vida. No obstante, el Instituto Nacional de la Seguridad Social puede revisar la situación de los pensionistas hasta la edad de jubilación.
Así, la incapacidad permanente puede llegar a ser vitalicia, pero solo si el afectado no tiene que someterse a revisiones. En caso de que se tenga que someter a alguna revisión, hablaremos de una incapacidad permanente revisable.
Una vez que se ha llegado a la edad de jubilación, si se sigue cobrando el importe que corresponde en caso de invalidez, no se tendrá que presentar a ninguna revisión.