Una hipoteca es un producto financiero que ofrecen los bancos para que sus clientes puedan hacer frente a un pago. Puesto que es un préstamo que deberemos devolver con intereses a la entidad bancaria, lo habitual es que se contrate solo en aquellas ocasiones en las que tengamos que enfrentarnos a un pago de grandes cantidades.
Por este motivo, la razón principal que lleva a una persona a pedir una hipoteca, es la adquisición de una vivienda. España es un país que tradicionalmente tiende más a la compra de inmuebles para vivir que al alquiler. Aunque esta tendencia está cambiando ante la imposibilidad de conseguir este servicio bancario, aún sigue siendo el principal motivo.
Además, es habitual solicitar una hipoteca a un banco para emprender un negocio o impulsarlo una vez que se ha creado. No obstante, cada persona es libre de solicitar este servicio de igual modo, que cada entidad bancaria impone sus requisitos para aprobarlo o no hacerlo.
En cualquier caso, debemos ser muy conscientes de lo que implica la firma de un contrato de este tipo, tener previsto la forma en la que vamos a devolver el dinero, negociar los intereses y además, conocer cada paso que debemos dar incluso una vez liquidemos nuestra deuda con el banco correspondiente. Pues el proceso no acaba con el último pago.
No te olvides de este trámite cuando pagues una hipoteca
A la hora de contratar una hipoteca para comprar una casa, debemos tener en cuenta varios factores. A qué nos condiciona la cantidad solicitada, en cuánto tiempo lo debemos pagar, cuáles son y de qué tipo los intereses, las consecuencias de no poder hacer frente a la devolución de ese préstamo bancario.
Cabe señalar, que la entidad bancaria por su parte se cubrirá para asegurarse de que la persona pueda hacer frente al pago. Por ello, es de vital importancia revisar y comprender cada cláusula del contrato de la hipoteca. Pero hay más, una vez terminado con el pago de la hipoteca de tu hogar, no debes olvidar este trámite.
Se trata de cancelar la hipoteca en el Registro de la Propiedad. Pues es el paso final, para olvidarte de la hipoteca y vivir tranquilo una vez liquidado el préstamo. Este trámite es importante también, de cara a una posible futura venta del inmueble o para aliviar las gestiones de los herederos en el caso de que el propietario fallezca.
Pasos para cancelar la hipoteca
Cuando se termina de pagar un préstamo, hay que llevar a cabo lo que se conoce como cancelar una hipoteca. Para ello, lo primero es solicitar a la entidad bancaria con la que teníamos el contrato hipotecario, el certificado de deuda cero. Este documento es el encargado de acreditar que hemos liquidado la deuda de este servicio.
Este documento debe llevarse al notario y esperar entre 7 y 10 días para que el notario emita una escritura de cancelación que de fe de este acto. Este proceso tiene un coste adicional, pues hay que pagar los aranceles notariales y liquidar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados.
Finalmente, hay que acudir al Registro de la Propiedad con los documentos anteriormente señalados e inscribir la cancelación registral de la hipoteca. Dicha cancelación debe contener la clase, fecha del documento, nombre del notario, el banco con el que se ha trabajado, así como dejar claro que queda cancelado.