Una sanción de tráfico es una penalización establecida por la Dirección General de Tráfico (DGT) para evitar que se comentan infracciones. Y es que el principal cometido de la entidad de tráfico, es velar por la seguridad de todos los usuarios de las carreteras españoles. Por este motivo, su potestad engloba desde señalización, organización del tráfico, multas y sanciones o educación vial.
Lo curioso es que a pesar de que su fin es cuidar de todos nosotros, muchos conductores buscan tirar de picaresca, para evitar recibir una sanción. Cabe señalar, que este objetivo es bien fácil: basta con cumplir con la normativa vigente de tráfico. Sin embargo, el interés por evitar estas infracciones para por poder excederse en algunas normas sin ser multados. Pero, ¿Es esto posible?
El exceso de velocidad sigue siendo la norma más incumplida en carretera. De hecho, uno de los objetivos marcados por la DGT, es el de reducir la siniestralidad a causa de esta infracción. Por ello, son muchos los esfuerzos volcados en este fin. Entre ellos, la instalación de cámaras en carreteras, de radares fijos y móviles, así como la organización de controles con agentes de tráfico, son cada vez más habituales.
Cabe recordar, que la Ley General de Tráfico y Seguridad Vial, tiene establecidos los límites máximo de velocidad impuestos por la DGT en España. Estos son los siguientes:
- 120 km/h en autopista y autovía.
- 90 km/h en carreteras convencionales.
- 50 km/h en vía urbana.
¿Cómo controlan los radares el exceso de velocidad?
Existen, por lo general, dos tipos de radares: Fijos y móviles. Los fijos, son aparatos instalados en el arcén de la carretera que por lo general, se anuncian en la vía pocos metros antes de llegar. La función de estos dispositivos es controlar que los conductores no conduzcan con exceso de velocidad. Por tanto, su mecanismo es sencillo: Si el radar detecta que un coche pasa a más velocidad de la establecida, le hace una foto y registra la hora y velocidad a la que iba. Con estos datos, identifican el vehículo y a los pocos días, el infractor recibirá la sanción en su casa.

Los radares móviles tienen un funcionamiento similar. Sin embargo, lógicamente, van situándose en distintas ubicaciones. Normalmente, son lugares estratégicos donde es difícil detectarlos. La mecánica es la siguiente: Al pasar el vehículo con exceso de velocidad, la maquinaria instalada lanza la foto y envía los datos a un coche con agentes de tráfico situado algo más adelante. Una vez llegas al segundo control, si ibas con exceso de velocidad, los agentes te pararán para darte tu sanción.
La cuantía de una sanción por exceso de velocidad depende de muchos factores. Pero sobre todo, de cuánto superabas el límite establecido. De hecho, de ser este muy alto, la sanción conllevará una penalización más allá de la multa económica. Además de esta, puede incluir retirada de puntos del carnet de conducir o la realización de un curso de educación vial.
Circunstancias por las que un radar no te impone una sanción a pesar de la velocidad
Posiblemente, no sean muchas las personas que conozcan esta información. Sin embargo, hay radares que a pesar de pasar por ellos excediendo la velocidad máxima establecida, no te multan. Es más, son situaciones contempladas en la normativa de tráfico de la DGT. Por tanto, ningún control podrá multar a las personas que cometan la esta infracción. Pero, ¿Cuáles son dichas situaciones?
Dos de estas situaciones se deben a errores humanos: Cuando el radar contradice a la señalización o cuando está estropeado. Lógicamente, en ninguno de los casos podrán multarte. En el primero de los casos, puede darse la circunstancia de que una señal indique una velocidad máxima a la que se puede circular y sin embargo, el radar esté programado para detectar infracciones a otra velocidad. No obstante, prevalece lo que diga la señal. En el caso de que esté estropeado, es obvio que no puede cumplir su función.
Otro motivo por el que no recibirás una sanción, a pesar de exceder el límite de velocidad, es gracias al ‘margen de error’ que contempla el dispositivo. A pesar de que conviene extender la creencia de que este margen es solo de un 1 km/h, la realidad es distinta. Y es que existe un margen algo más amplio, por lo que si excedes levemente este nivel de velocidad, no serás multado. Finalmente, si la emisión de la multa se hace con los datos equivocados, puede que la sanción no te llegue nunca.