Una mayor conciencia global sobre los inconvenientes de la contaminación y las consecuencias negativas del cambio climático, han hecho cambiar el rumbo al sector del automovilismo en busca de opciones menos perjudiciales para el planeta. En este camino, viene pisando con fuerza el motor de hidrógeno en sustitución de los combustibles habituales.
Años llevamos dependiendo de la gasolina y el diésel para que nuestros coches funcionen. Años también hablando de una alternativa que nadie llegaba a materializar. Los coches eléctricos, dieron un halo de esperanza a un progreso más sostenible. Sin embargo, no parece que hayan terminado de calar entre la población, a la que cada vez le cuesta más elegir debido a los contantes cambios legislativos que este progreso conlleva.
Sin embargo, el hidrógeno parece haberse situado en una posición convincente. Y es que en el último año, han sido varias las empresas y marcas cada vez más importantes las que han decidido apostar e invertir en sistemas que empleen el hidrógeno en un motor de combustión interna, de tal forma, que no emita ningún gas contaminante.
De entre todas, la compañía austriaca AVL Racetech, ha anunciado acaba de anunciar lo que puede ser una revolución. Esta empresa con experiencia como proveedora en el mundo de la Fórmula 1 y la NASCAR estadounidense, ha conseguido fabricar un motor de hidrógeno turboalimentado con un excelente rendimiento. El punto, hasta ahora diferencial con otros sistemas, es este último. Pues han conseguido realizar la combustión del hidrógeno con una mezcla lo suficientemente rica como para que ofreciera buenas prestaciones.
EL MOTOR DE HIDRÓGENO QUE PUEDE SER EL FUTURO
La compañía austriaca AVL Racetech, ha anunciado mediante un comunicado que «Durante los últimos meses, el departamento de deportes de motor de AVL ha desarrollado un innovador motor de hidrógeno en colaboración con el laboratorio húngaro HUMDA», lo cual significa, que están «desterrando este prejuicio». El hito de este motor es que han conseguido que el propulsor genere una potencia total capaz de llegar a los 410 caballos, un nivel a la altura de cualquier motor de combustión de gasolina de competición.

Concretamente, se trata de un prototipo de motor turbo de 2.000 centímetros cúbicos de cilindrada, capaz de conseguir una densidad de potencia de 205 caballos por litro. Pero, ¿Cuál ha sido la clave? Según apuntan desde la misma compañía, el secreto de su éxito es haber conseguido un sistema inteligente de inyección de agua, con el fin de moderar y mejorar la combustión dentro de los cilindros del motor. Según han explicado, «se pulveriza agua en la admisión para evitar un encendido prematuro no deseado, que puede dañar el motor».
EL TRABAJO DE TOYOTA
Toyota, es una de las marcas que más está apostando por este cambio. De hecho, ya dispone de un motor de hidrógeno de AVL cuatro cilindros de 2.0 litros, que no dista mucho de cualquier compacto deportivo con 405 CV y 500 Nm de par, entregados a 6,500 revoluciones y entre 3,000 y 4,000 revoluciones respectivamente.
Y es que al hablar de motores es inevitable hablar de potencia. Bien es cierto que no es la única característica que se le pide a un motor. Sin embargo, es importante. Por eso, en este sentido, ya se ha demostrado que el motor de hidrógeno puede estar más que a la altura de lo que se espera de él.
Pero Toyota ha ido más allá. Dentro de su proyecto, destaca un sistema que aunque no es nuevo, no es común en este tipo de motores. Se trata de un sistema de inyección de agua, que funciona introduciendo este elemento en el aire de admisión. Esto mejora la presión y refrigera la cámara de combustión al evaporarse. Algo que de momento, marca la diferencia.