Los Paradores de Turismo son lugares donde disfrutar de unas vacaciones, que ofrecen mucho más que un sitio donde alojarse. Es un hotel con todas las comodidades, confort, estilo y paz. Es paraje, historia, naturaleza, patrimonio. Y también gastronomía, disfrute y desconexión. Un combo completo para que no necesites más en tus días de descanso. Una ventana a pensar solo en ti por unos días.
España cuenta con una red de 98 Paradores de Turismo. Casi en cualquier punto de la geografía puedes encontrar uno de estos alojamientos. Por tanto, si nuestro país destaca por la diversidad de paisajes y contrastes, podemos alcanzar a pensar, que existe casi un parador diferente por lugar. Pues sin perder su esencia, todos están adaptados al lugar en el que se levantan.
Los hay en plena naturaleza. Esos que se mimetizan con la esencia de la vida. Ríos, Valles, montañas… Entornos llenos de vida donde inmiscuirse por unos días cuidando, por supuesto, la fauna y la flora de cada lugar. También los hay en lugares con un gran legado histórico. Castillos, fortalezas, conventos… Todos ellos cargados con la huella que el tiempo ha marcado en cada lugar.
Pero, también hay diversión. Una diversión adaptada a tus necesidades. Ya sea que viajes en pareja, con amigos o con la familia. Porque esta red de Paradores de Turismo tampoco se olvida de los más pequeños. Y si bien, cualquier lugar es bueno para compartirlo con tus seres queridos, no te pierdas estos paradores especialmente atractivos para los más pequeños de la casa.
Paradores de Turismo junto al mar para viajar con niños
El mar es sin duda un lugar de ensueño para todo el mundo. Si los mayores lo aprovechan para desconectar, para los más pequeños es toda una atracción en sí donde disfrutar. Por eso, un buen lugar para viajar con niños es el Parador de Benicarló. Situado en la provincia de Castellón, esta localidad está rodeada de maravillosas playas donde bañarse y jugar con el agua. Por si esto fuera poco, el alojamiento cuenta con extensos jardines verdes llenos de vegetación y una gran piscina que sin duda, hará las delicias de los peques de la casa.
Otra opción la encontramos algo más al sur. El Parador de Nerja, en Málaga, es otro de los hospedajes privilegiados que se encuentran junto al mar. Además de la cercanía de la playa, cuenta con jardines donde jugar, piscina al aire libre, y pistas de tenis y pádel donde practicar deporte en familia. Por si esto fuera poco, la ciudad de Nerja es un lugar de vacaciones por antonomasia. Esto significa, que su ambiente vacacional, se percibe durante todo el año. Y es que cuenta con distintas atracciones culturales, como sus famosas cuevas y otros lugares donde disfrutar en familia.
Alojamientos pensados para desconectar con los más pequeños
La red de Paradores de Turismo llega mucho más allá que a las zonas de mar. Por ello, para los que buscan algo diferente, sobre todo en verano, tenemos otras opciones ideales para ir con niños. Una gran opción es el Parador de Albacete. Tal y como indican desde el propio parador, es el lugar ideal para desconectar, relajarse, jugar al golf y refrescarse en la piscina las calurosas tardes del verano manchego. Además, cuanta con jardines y zona deportiva donde practicar deportes como tenis.
Si os gusta disfrutar de la naturaleza en familia, no os podéis perder el Parador de Cervera de Pisuerga, un punto estratégico para adentrarse en las montañas de la Cordillera Cantábrica. Un paraje de naturaleza virgen, refugio habitual del oso pardo. Desde las habitaciones, el restaurante y la terraza del Parador, podrás disfrutar de una panorámica espectacular del Pantano de Ruesga y los picos más altos de la Montaña Palentina. Además cuenta con parque, zona de juegos infantiles, campo de fútbol y salón de juegos.
El Parador de Argómaniz, en la provincia de Álava. Situado en plena llanura alavesa y la Sierra de Gorbea, es un lugar ideal donde desconectar y realizar rutas por cada rincón de este paraje de ensueño. Además, está ubicado en un edificio que data de 1712: el Palacio de los Larrea, cuyo escudo preside la fachada. Debido a su ubicación estratégica, este enclave siempre funcionó como encrucijada de culturas: por él pasaron romanos, cristianos, musulmanes, judíos e incluso caravanas procedentes de Flandes y Francia. Por tanto, es un enclave donde aprender de la historia en cada rincón.